El pasado viernes Economics for Energy publicó, conjuntamente con el Belfer Center de Harvard, un informe sobre la Innovación en energía en España.

En el Informe Ejecutivo destacan algunos de los siguientes puntos:

  1. En primer lugar, el gasto (tanto público como privado) en I+D energético es bajo en comparación con otros sectores. 
  2. Además, una parte muy significativa de este gasto es gasto financiero, es decir, préstamos y anticipos reembolsables. 
  3. Otro elemento reseñable de la innovación en energía en España es el elevado peso del sector público, o alternativamente, la poca participación de la inversión privada. 
  4.  En España, las empresas energéticas dedican menos al I+D que las de otros sectores (medida por el porcentaje de inversiones en I+D sobre facturación). 
  5. No son las grandes “utilities” tradicionales las que juegan el papel predominante, como las eléctricas y las petroleras, ya que éstas pueden perder frente a una innovación disruptiva. 
  6. Sin embargo, y a pesar de la baja inversión propia, casi todo el gasto en I+D se ejecuta en empresas. 
  7. Un síntoma o consecuencia de esta falta de inversión privada es que, aunque ha habido una mejora en el número de publicaciones científicas en este campo durante los últimos años (especialmente en hidrógeno, biomasa y biocarburantes, o pilas de combustible), España se encuentra muy alejada de otros países en el número de patentes. Por ejemplo, y a pesar de que cada vez se patenta más, especialmente en renovables y biocombustibles, patentamos por habitante sólo un 10% de lo que se patenta en Dinamarca. 
  8. También es especialmente llamativa la muy baja inversión en innovación relacionada con la eficiencia energética. 
  9. Hay muchos centros de investigación en energía de titularidad pública (muchos de ellos autonómicos), pero no parece que haya gran coordinación entre ellos, ya que cada uno responde a los intereses de su territorio, lo que dificulta su contribución a la mejora del sistema español de innovación. Además, en estos centros se suele primar la innovación incremental, por supuesto interesante, frente a la innovación disruptiva. 
  10. Se ha realizado un estudio sobre el RETORNO de la INVERSIÓN en I+D+i por tecnologías:
  • Para muchas de las tecnologías y escenarios, cabe la posibilidad de que no se materialicen retornos a la inversión en I+D porque las reducciones esperadas en el coste tecnológico (provenientes de expertos de varios sectores) no resulten suficientes para hacer competitiva la tecnología en cuestión. Sin embargo, cuando se consiguen   reducciones de coste suficientes para que la instalación de la tecnología resulte rentable, los retornos de la inversión se disparan: los ahorros alcanzados pueden llegar a representar 70 veces la inversión.
  • Es el caso de la tecnología solar térmica de concentración en el escenario de mayor     inversión y para la estimación de máxima reducción de costes (que sin embargo presenta retornos nulos en el escenario de menor inversión).
  • La tecnología fotovoltaica y los biocombustibles pueden alcanzar también retornos    muy significativos, de hasta 50 y 45 veces la inversión respectivamente.
  • Los retornos de la eólica rondan el orden de 14 veces la inversión. Por supuesto, aquí cabe recalcar que dado que hay incertidumbre sobre los costes en el futuro el valor esperado del retorno es menor que el máximo posible.
  • Por su parte, las tecnologías de gas y CCS presentan retornos del orden de 5 veces la inversión,aunque estos retornos caen a valores prácticamente nulos cuando se aumenta demasiado la inversión.
  • Esto ocurre también para la tecnología nuclear, cuando se permite su instalación: llega a retornos por encima de 50 veces la inversión en el escenario de más baja inversión en I+D, pero sus retornos se desploman en los escenarios de mayor inversión.

Vemos por tanto como para algunas tecnologías aumentar la inversión en I+D conlleva un aumento de los retornos (es el caso de la FV, CSP y los biocombustibles), pero para otras tecnologías aumentar la inversión en I+D supone reducir los retornos hasta llegar incluso a extinguirlos (es el caso del gas y el CCS). Esto se debe a que la reducción del    coste tecnológico en función de la inversión en I+D presenta una zona de saturación, a partir de la cual aumentar la inversión no supone mejoras sustanciales en el coste de la tecnología.

  11.  Parece esencial reconsiderar, reorientar, y en su caso reforzar las políticas públicas de apoyo a la innovación en energía y de   creación de mercado.

Adjunto los links al Informe ejecutivo y al Informe completo.