La central nuclear de Vandellòs II recibió este viernes la visita de las delegaciones de los organismos reguladores de Estados Unidos y España, encabezadas por la presidenta de la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos (U.S. NRC, por sus siglas en inglés), Kristine L. Svinicki, y el presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Josep Maria Serena, además de los consejero Javier Dies y Elvira Romera.

La representación de ambos organismos realizó un recorrido por la instalación con especial interés en conocer las mejoras introducidas en los últimos años por ANAV (Asociación Nuclear Ascó Vandellòs II) dentro del programa de refuerzo de la seguridad, así como el proceso de preparación tanto de Vandellòs II como de Ascó para su operación a largo plazo.

Las centrales norteamericanas de agua a presión son tecnológicamente similares a Ascó y Vandellòs II, y comparten diseño y prácticas de operación, por lo que representan un estándar de referencia para ANAV.

La incorporación de mejoras en la seguridad no es un proceso nuevo ya que, desde el comienzo de su operación, las centrales nucleares han venido implantando modificaciones de diseño que han mejorado su seguridad. En relación con la implantación de mejoras requeridas en las ITC post-Fukushima, el CSN consideró necesario someter las tres modificaciones de diseño siguientes a un proceso específico de autorización antes de su puesta en servicio: construcción y puesta en marcha de Centro Alternativo de Gestión de Emergencias (CAGE), instalación y puesta en servicio de un venteo filtrado del recinto de contención (SVFC) e instalación y puesta en servicio de recombinadores pasivos autocatalíticos (PAR) de hidrógeno en la contención.

Por otro lado, además de los equipos portátiles que se disponen en las áreas seguras de cada emplazamiento, se dispone de equipos portátiles en el Centro de Apoyo a Emergencias (CAE), que en caso necesario se trasladarían al emplazamiento afectado, por vía terrestre o aérea, para hacer frente a sucesos que impliquen pérdida de energía eléctrica y del sumidero final de calor: Motobombas, generadores diésel, equipos de iluminación, compresores autónomos, instrumentación, y conexiones rápidas que faciliten la utilización de estos equipos. Se dispone también de equipos de comunicación autónomos más robustos y generadores diésel dedicados para garantizar la disponibilidad de las comunicaciones de los centros de gestión de emergencia de los titulares con el exterior en los escenarios postulados, caso de SBO (Station Blackout) de más de 72 horas.

Centro Alternativo de Gestión de Emergencias

El CAGE está concebido para ser un centro alternativo, en cada emplazamiento de una central nuclear, para la gestión de situaciones muy severas en el mismo. Para ello estará diseñado de acuerdo con criterios adecuados que permitan mantener sus funciones en situaciones extremas, de acuerdo con los criterios seguidos en el proceso europeo y español post-Fukushima. El edificio del CAGE tiene como objetivo constituir un lugar seguro para gestionar la emergencia frente a escenarios de accidente más allá de las bases de diseño, contiene todos los equipos necesarios para cubrir las necesidades básicas de luz, aire, agua y comida de manera autónoma durante el accidente y dispondrá de áreas para dirigir la emergencia, coordinar los trabajos, servicios médicos, control radiológico y dosimétrico, zona de descontaminación, comunicaciones, etc.

Sistema de venteo filtrado de la contención (SVFC)

El sistema de venteo tiene como función proteger la contención del modo de fallo por sobrepresión. Está diseñado para despresurizar la contención en un plazo razonablemente corto de tiempo en condiciones de accidente severo. El sistema de venteo es filtrado, con el objetivo de reducir la cantidad de material radiactivo emitido al medio ambiente mediante un sistema de filtración de elevados factores de descontaminación.

Recombinadores pasivos autocatalíticos (PAR)

Los PAR proporcionan capacidad para controlar la concentración de gases combustibles en la contención, mediante la recombinación del hidrógeno con oxígeno y así limitar la ocurrencia de deflagraciones y detonaciones de gases combustibles que pudieran llegar a producirse en escenarios de accidentes severos, contribuyendo al mantenimiento de la capacidad estructural de la contención y a minimizar las liberaciones de productos de fisión al exterior.